Un ciudadano malagueño denuncia, a través de la sección de Cartas al director, el déficit de amarres que experimenta la provincia. Las críticas se dirigen a a los políticos por considerar que viven y, sobre todo, legislan " de espaldas al mar", paradójicamente en un municipio marinero como es Málaga. A continuación ofrecemos el texto íntegro de esta aportación.
Imposible. Conseguir un punto de atraque para una embarcación de recreo en Málaga, capital de la Costa del Sol, es, hoy por hoy, imposible, y también, increíble. Cuando uno visita los puertos deportivos de Benalmádena, La Caleta de Vélez, Fuengirola, Marbella, Estepona..., y los de Almería, Cádiz, y en general, cualquier localidad de relativa importancia, no puede imaginarse que Málaga, la quinta o sexta ciudad de España en número de habitantes, no disponga de un puerto deportivo digno para esta bella y gran ciudad.
Miento. Existen el puerto de El Candado y el del Club Mediterráneo, a cual más pequeño, sin servicios (ni gasolinera), sin locales adecuados, y con las embarcaciones amontonadas unas encima de otras y, por supuesto, absolutamente imposible pretender un punto de atraque en cualquiera de ellos, pues las listas de espera son inamovibles y eternas (para aburrir al más paciente de los mortales).
Hace poco han dicho que van a comenzar las obras para un puerto en El Morlaco, y lo mismo oí decir hace más de tres años del puerto de Huelin. Nada de nada. Ni a los políticos de la Junta de Andalucía ni a los del Ayuntamiento de Málaga, ni a la Autoridad Portuaria, ni a nadie que tenga algo que ver con este tema, les importa lo más mínimo.
Llevo 27 años viviendo en Málaga y mi mayor ilusión era tener un pequeño barco para navegar. Ahora, a mis 50 años, cuando económicamente estás más desahogado y podría comprarlo, gracias a la política de 'espaldas al mar'ejercida por nuestros representantes, no puede ser, salvo que te vayas a Almerimar, en Almería, como sitio más próximo. En Málaga, no.
Estas son las cosas que hacen sentir vergüenza de nuestros representantes y gobernantes. En una ciudad marinera por excelencia y capital de la turística Costa del Sol, estos señores actúan 'de espaldas al mar'.