Por Albilés Comunicación. Asistimos a nuevos modelos de comportamiento entre el turista, el consumidor de servicios de ocio y actividades culturales en torno a un territorio. Nos encontramos ante una tendencia creciente hacia la individualización o personalización del consumo en general y del turístico en particular, en el que cada cliente cuenta con una información cada vez más completa y exige una adaptación a sus necesidades. En este sentido, la demanda turística actual de itinerarios culturales se caracteriza por tener una capacidad adquisitiva y un nivel cultural medio-alto, ser colectivos sensibilizados con el patrimonio histórico y cultural y el medio ambiente, con edades comprendidas entre 25 y 65 años, mayoritariamente de zonas urbanas que orientan su tiempo libre hacia el conocimiento de los itinerarios culturales y huyen de los modelos turísticos convencionales.
“La región de Andalucía cuenta con suficientes recursos para diseñar y promover interesantes itinerarios culturales, pero con frecuencia carece de los medios adecuados para ponerlos en valor. Además, los itinerarios culturales se desarrollan a nivel transnacional, por lo que su gestión desde una perspectiva sostenible supone una considerable complejidad.”
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