Las personas con menos poder adquisitivo suelen ser las primeras víctimas de la crisis, pero las que pueden disfrutar de un yate o de un velero propio para navegar por la Ría de Arosa, Galicia, tampoco se libran de la recesión. Así lo prueban las 150 plazas de amarre que permanecen vacías en los pantanales vigueses, lo que supone casi un 14% del total (1.075).
La excepción radica en el Real Club Náutico, que, pese a conservar su tradicional lista de espera, la ha reducido “considerablemente”. “Hace tres años la demanda era tal que ni siquiera anotábamos a los solicitantes. Ahora tenemos a unas cuarenta personas pendientes de alquiler”, explica el responsable de su puerto deportivo, Brais Touceda...