Un columnista del Mundo, en su edición onubense, comenta y reflexiona sobre el futuro turístico de Huelva que se consolida gracias, entre otros factores, al desarrollo derivado de complejos como Isla Canela o la construcción de nuevos puertos deportivos. Ofrecemos fragmento de este artículo.
¿Desaceleración turística? A veces me cuesta creer que seamos los propios onubenses los primeros en no creer en las inmensas posibilidades que encierra esta tierra en materia turística, incluso a la vista de ese cúmulo de realizaciones que jalonan gran parte del litoral onubense, según los ecologistas todo un desastre o aberraciones de todos los calibres.
El asunto lo comentaba días pasados con un viejo amigo, experto en estas cuestiones, con el que llegué a coincidir en una serie de apreciaciones relacionadas con los primeros despuntes turísticos de la provincia, allá por comienzos de los 60.
¿Hay todavía quien prefiere la Punta del Moral como estaba antes, a base de humildes viviendas y fangos a diestro y siniestro? Hoy, un puerto deportivo, a pesar de sus reducidas dimensiones, proclama que los locos de entonces estaban más cuerdos de lo que aparentaban.
El turismo ha sido siempre la bandera que ha intentado enarbolar como vía de desarrollo socioeconómico, después de la casi desaparecida actividad pesquera y después de que el comercio tradicional tampoco atraviese un buen momento, ni la bonanza que se empezaba a respirar a medida que iban avanzando las obras de Costa Esuri, y con Isla Canela y El Moral cada vez más afianzados gracias a su creciente red hotelera y la admiración, sin duda, de propios y extraños...