Aprender la mecánica y la electricidad de las embarcaciones partrulleras. Éste ha sido el contenido de un curso que un grupo de 17 gendarmes de Senegal y Mauritania han completado en las instalaciones del Puerto Deportivo de Benalmádena. La experiencia, pionera en Europa. es el resultado del proyecto Sea Horse, un acuerdo de colaboración entre los gobiernos del Viejo Continente y las autoridades de dos de los paises de donde salen más inmigrantes hacia Europa.
El drama de los cayucos es un asunto de preocupación diaria para los agentes africanos, que desde hace casi dos años vienen comprobando como miles de sus compatriotas se juegan la vida, embarcándose en una travesía hacia las islas Cariarias, que demasiado a menudo, tiene un final trágico. «Hacemos todo lo posible por interceptar las embarcaciones», explicó ayer uno de los jefes senegaleses, Atoumane Pali.
Desde que desatara la oleada de cayucos, las autoridades africanas han venido incrementando las medidas de control y vigilancia de sus costas y actualmente, cuentan con un helicóptero y cuatro patrulleras. Estas embarcaciones han sido donadas por el Ministerio del Interior, como consecuencia del convenio de cooperación entre España y este pais africano. "Las tripulaciones son mixtas", apuntó Manuel Ossorno, capitán del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, con sede en el Puerto de Benalmádena. "El pasado año se hizo un curso parecido en Algeciras", matizó el responsable de la Guardia Civil, quien se felicitó por la estrecha colaboración entre los tres países para combatir el fenómeno...