Ofrecemos la crítica de un columnista a la falta de infraestructuras náuticas en Andalucía a pesar de las continuas promesas de la Adminstración de aumento de atraques en los puertos de la Comunidad.
Hay muchas formas de acorralar al contrario, ¿verdad? A pesar del triunfalismo que suponen esos más de 2.500 atraques deportivos.
Me alegra confirmar que de forma paralela al crecimiento turístico que viene experimentando nuestro litoral,
los deportes náuticos han ido creciendo de forma espectacular y que las infraestructuras necesarias también van en aumento. Se barajan cifras que establecen en más de 2.500 los puntos de atraque existentes en la costa onubense, desde Mazagón a Ayamonte, pasando por la capilal, Punta Umbría, El Portil, El Rompido e Isla Cristina.
Lamentablemente, hasta ahora ha permanecido totalmente olvidado un puerto deportivo —que de hecho también lo es, pero con muchas limitaciones— como es el de El Terrón, en Lepe. Ni siquiera los accesos por carretera. Si, sí, que den explicaciones la Diputación Provincial de doña Petronila y la Junta de Andalucía de don Manuel, al que no le hace ascos disfrutar de vez en cuando a bordo de embarcaciones deportivas.
Bueno, a lo que iba, que es a congratularme por la proliferación de instalaciones náutico-deportivas promovidas por la Empresa Pública de Puertos de Andalucía, un poco tardíamente cuando en otros lugares del litoral andaluz ya pasan de estos asuntos y los consideran como una servidumbre más ante el creciente auge —repito— de esos lugares punteros turísticamente hablando. Cuando hablo de accesos, por ejemplo, a El Terrón, nos encontramos con una carretera, antaño camino vecinal, desde Lepe hasta este puerto que, poco a poco, ha ido perdiendo su carácter de pesquero y sí acrecentando su interés náutico. Desde La Antilla, la carretera también deja mucho que desear, con un tráfico creciente y unos pavimentos que me recuerdas aquellos años gloriosos en los que la Diputación Provincial tan sólo parcheaba y a regañadientes. Aquí, en ambas carreteras sólo hay parches y ninguna perspectiva de la capa de rodadura que tanta falta hace.
Las cosas así, no hay que dejarse deslumbrar y pensar que algo extraño sucede en torno a este puerto, sin duda —como tantas veces he dicho— uno de los que tiene mayor porvenir por sus encantos naturales y de abrigo, y acerca del futuro del programado para la capital, sin horizonte alguno por culpa de la Junta de Andalucía, en ambos casos, porque si las obras de adecuación de El Terrón se iniciaron con mal pie, el de Huelva depende de que salga adelante el plan de El Ensanche y la zona sea dignificada con un puerto deportivo allí donde antaño estuvo el Club Náutico, hasta los años 80, y para complementar las escasas posibilidades que tiene el llamado Centro de Actividades Náuticos que se inventaron tras la desaparición del Balneario Nuestra Señora de la, de tan grato recuerdo para los onubenses.
La verdad es que el futuro de Huelva en esta materia se encuentra en varios frentes y que la administración autonómica no responde a unas expectativas tan esperanzadoras. Lo de Lepe es un ejemplo y lo de Huelva ni siquiera se vislumbra en el horizonte...