A nadie escapa que la costa, por el turismo que genera, es el valor más seguro de Andalucía. La materia prima de dos mares de gran importancia cultural e histórica, el Mediterráneo y el Atlántico, se ha fundido con el desarrollo de las infraestructuras hasta convertir el turismo de playa en uno de los pulmones de la economía andaluza.
Pero eso no es todo: el turismo del siglo XXI no sólo demanda ecología y naturaleza, comodidad y glamour sino también infraestructuras complementarias del ocio marítimo, como los puertos deportivos o los campos de golf, en los que Andalucía es una potencia sin rival...