Consideran que es «imprescindible» para atraer al turismo náutico que otras comunidades autónomas se están quedando. No piden más puertos sino una reorganización de los amarres ya existentes
«La falta de amarres es un problema muy grave que hay que abordar. Sabemos que es conflictivo pero hay que hacer algo porque negar la evidencia no es valiente y es evidente que hay mucha demada sin atender, con lo que se está perdiendo turismo náutico que están recibiendo con los brazos abiertos otros destinos del Mediterráneo, en especial las comunidades autónomas de Levante». Con estas contundentes palabras, el presidente de la Asociación Náutica de la Pimeef, Mariano Torres, exige al nuevo Govern, que acaba de anunciar un nuevo Plan director de puertos deportivos, que afronte el problema de la falta de amarres. El sector «no reclama nuevos puertos deportivos» sino que se creen más amarres dentro de la futura remodelación del puerto de Eivissa y del de Sant Antoni, así como que se organicen los fondeos irregulares que hay en numerosas calas de las isla y en los que se podrían crear nuevos puestos de amarre sin resultar impactante para el entorno.
En este sentido, la Asociación de Náutica se queja de que, «a pesar de que todo el mundo reconoce la falta de amarres en los puertos y todos coinciden en que el turismo náutico es deseable porque atrae a un visitante de un cierto poder adquisitivo», a la hora de la verdad «no se están dando pasos valientes al respecto y no se están teniendo en cuenta los amarres deportivos en la remodelación de los puertos».
Respecto a la reforma del puerto de Eivissa, el sector sabe que se van a crear amarres de 40 y 50 metros para grandes yates, una medida positiva, «pero sin obviar que lo verdaderamente interesante son los de 10 a 15 metros, cuyos propietarios establecen su base en Eivissa». Los grandes yates «son itinerantes y navegan de un puerto a otro. Sus 15 días en la isla no aportan nada si de lo que hablamos es de desestacionalización», explica Torres, que añade que «hay que promover y dar facilidades a los propietarios de barcos que están en la isla de una manera continuada y que contribuyen a la desestacionalización del turismo porque se crea una fidelización hacia Eivissa».
Uno de los problemas de las náuticas es que no pueden vender más barcos porque no hay amarres. «El cliente que compra un barco de una cierta envergadura exige un amarre», agrega el empresario ibicenco.
Torres remarca que los puertos deportivos «están a tope desde el inicio de la temporada» y que todos ellos se ven obligados a rechazar peticiones de atraque porque no las pueden atender. El empresario considera que no se puede permitir seguir perdiendo cuota de un turismo «tan interesante como el náutico».