Ni el ayuntamiento sabe siquiera lo que la Empresa Pública de Puertos de Andalucía quiere hacer en El Terrón. ¿Cuándo llegarán los dragados? ¿Por qué no se atreven siquiera a desarrollar virtualmente el proyecto para conocimiento generalizado? Lo de siempre y peor aún ante al menos esa falta de sintonía entre administraciones que al final repercutirá pero que muy negativamente en el resultado de unas actuaciones tan oscuras cono ineficaces.
Yo siempre he dicho y cada vez más pienso lo contrario, que el puerto de El Terrón, en Lepe, —sin
duda el que podía ser el mejor puerto deportivo abrigado y natural del litoral andaluz— fue condenado al obstracismo cuando allá por los años 80 los grandes enemigos de Huelva decidieron dinamitar aquel puente cuyos muñones todavía afloran para escarnio de las futuras generaciones. Desde entonces, quienes han gobernado en el ayuntamiento lepero lo han ido dejando languidecer y ni siquiera han sabido aprovechar la afinidad de colores para sacarle un mínimo de provecho. Todo un contraste ante el arrollador empuje de un municipio convertido en la segunda población de la provincia y que parece decidido a recuperar el tiempo perdido. El Terrón, lo mismo que Islantilla, aunque este enclave lo comparta con Isla Cristina, podía ser el gran referente de la náutica —y ¿por qué no?, de la pesca también— en este litoral.
Pero he aquí que la Junta de Andalucía, cual fiel perro de hortelano, no ha propiciado jamás una iniciativa que haga concebir la ilusión no sólo entre los leperos, sino también en los muchísimos aficionado a la náutica que fondearon sus barcos en El Terrón. La verdad es que últimamente da pena ver este recinto, sumido en la suciedad y en medio del cual proliferan los establecimientos de restauración, de bote en bote a cualquier hora y, sobre todo, los fines de semana. En medio de una auténtica marabunta de redes, desechos, irregular pavimento y recipientes contenedores de basura con recogida incluida mientras los adeptos del lugar saborean sus productos del mar...