Para luchar contra la nueva competencia y captar un mercado de alto poder adquisitivo, "que es la única solución posible para un lugar como Eivissa», Iranzo apuesta por una conjunción de diversos factores: un modelo de sol y playa diferenciado, unas infraestructuras viarias y sanitarias modernas y potenciar los recursos naturales, es decir campos de golf y puertos deportivos. «Eivissa apuesta por la noche para diferenciarse de otros lugares, pero hay que buscar más clientes para romper la estacionalización y los campos de golf y los puertos deportivos son una vía», señala.
Con una conferencia sobre el nuevo modelo económico mundial y sus consecuencias en el mercado turístico, el director del Instituto de Estudios Económicos, Juan Iranzo, inauguró el curso 2007-2008 de la Escuela de Turismo. Iranzo desgranó en su charla los cambios a los que se enfrentan los destinos turísticos en la era de la tecnología de la información. «El desarrollo económico mundial y la globalización de la información propicia que surjan nuevos países emisores, como por ejemplo China, que tiene cien millones de turistas con un poder adquisitivo tan alto como otros países occidentales, y a su vez permite que nazcan otros destinos competidores".
También ve necesario que los destinos turísticos gocen de infraestructuras emblemáticas, como el Guggenheim en Bilbao o la Ciudad de las Ciencias en Valencia. «La infraestructura emblemática de Eivissa es su medioambiente y siempre bajo un desarrollo sostenible del mismo hay que aumentar los amarres y los campos de golf», asegura Iranzo, que considera que estas instalaciones «tienen la hectárea herbácea con mayor valor añadido por los puestos de trabajo que generan y su rentabilidad».
Iranzo no cree que en la cantidad esté la calidad. «Todo lo contrario, la tendencia que hay que buscar es menos turistas, pero con gran capacidad de gasto: hay que conseguir que los turistas estén más tiempo y gasten más».
Otro tipo de clientes potenciales por los que debe apostar la isla, según la opinión de Iranzo, son los residentes a tiempo parcial, en concreto los mayores, «hay que tener muy en cuenta el aumento de la esperanza de vida y el poder adquisitivo de los mismos», remacha el experto.