La ausencia de viento impidió que ayer comenzarán las primeras regatas de la Copa América. Este contratiempo meteorológico no desluce un evento de primera magnitud, de cuya importancia no parece haberse percatado buena parte del país, empezando por el Gobierno. Lo primero, se explica porque la vela no es un deporte de masas en España; lo segundo, seguramente, porque se celebra en una ciudad y una comunidad gobernada por el PP.
La 'generosidad' del Gobierno se ciñe a avalar un préstamo del ICO de 500 millones que habrá que devolver con la explotación de la marina. Aunque, sólo en lo que va de mes, medio millón de personas se ha interesado en el Puerto de Valencia por la Copa de América, ese desapego oficial ha impedido aprovechar todas las posibilidades del acontecimiento para promocionar el deporte de la vela y para impulsar también las infraestructuras de la ciudad anfitriona. Ése es el viento que no debería haber faltado a la cita...