La creciente demanda de atraques, un atractivo negocio de 200 millones de euros anuales y el mantenimiento de cerca de 6.000 empleos fueron argumentos más que convincentes para que la Empresa Pública de Puertos de Andalucía (EPPA)-dependiente de la Consejería de Obras Públicas-- se planteara hace tres años la necesidad de dar un vuelco a la oferta náutico-deportiva de la comunidad autónoma. Por ello, se embarcó en un plan estratégico que, entre 2003 y 2015, duplicaría la cifra de amarres disponibles y absorbería una inversión de 600 millones de euros. Transcurridos los cuatro primeros ejercicios del proyecto, la directora general de la EPPA, Montserrat Badía, calcula que ese presupuesto lnicial se elevará en más de un 23 por ciento, para colocarse en 740 millones.
El sistema náutico-recreativo andaluz integra, en la actualidad, a 49 puertos, de los que 38 se consideran deportivos y 11 son instalaciones menores situadas en ámbito marítimo-fluviales o puertos de especialización pesquera, en los que se ha habilitado una zona de uso recreativo. Precisamente, una de las lineas de actuación del plan estratégico de la EPPA pasa por la puesta en marcha de nuevos puertos y su directora general apunta que ya existe un proyecto para el entorno de los municipios malagueños de Nerja y Torrox, que tendrá 450 amarres. Asimismo, se encuentra en estudio otro puerto en Mijas (Málaga) y un tercero en la localidad onubense de isla Cristina (a la entrada del Río Carrera). Montserrat Badía calcula que cada una de esas nuevas instalaciones puede llevarse una inversión de 60 millones, cantidad muy similar a la que requeriría una ampliación de cierta envergadura en cualquiera de los puertos que ya existen. Y es que la ampliación de instalaciones es otra de las apuestas del plan estratégico. Dentro de este apartado, están en tramitación "muy avanzada" las de Caleta de Vélez (Vélez Málaga), que ganará 700 atraques, Marbella La Bajadilla (500) o el Puerto de Benalmádena (1.000).